¿Cuál de ellos? Gasolina, diesel, eléctrico o sintético

  • Por J. Carrera

Entre programa y programa en la televisión, nos ponen todo tipo de publicidad y además dicen el tiempo que va a durar, en ocasiones los ves todos y otras no. Uno de ellos, me llamó la atención
cuando anunciaban en un modelo de coche que ofrecían el punto de carga gratuito. Esta oferta me llevó a pensar que ocurriría, en un caso supuesto, si en un periodo de dos meses o tres, por  ejemplo, las 90 familias que vivimos en el mismo edificio, nos compramos un coche eléctrico enchufable. ¿Qué pasaría?

El edificio, es de nueve plantas y tres sótanos para aparcamiento, pues bien, habría que hacer una instalación eléctrica para cargar cada coche con un contador individual para saber el consumo, igual que para la vivienda, se supone que para la comunidad no sería posible asumir ese gasto, en condiciones normales. Por cierto, en la actualidad, solo existe un punto de carga particular para el
vehículo de esa plaza en todo el edificio.

¿Habrá que reforzar o instalar nuevas líneas? Eso supondría nuevo cableado en la calle y obras en el edificio: gastos. En este caso, dentro de los males, serían los menos importantes y estaría resuelto, pero, ¿cómo sería en la calle? ¿Habrá puntos de recarga para todos, se supone, cercanos al domicilio? ¿Se instalarían en la zona azul u otras, cargadores compatibles con todos los vehículos? ¿Qué tiempo de carga es suficiente? Desde hace unos meses en Estocolmo (Suecia), está en funcionamiento el mayor aparcamiento de Europa con mil puntos de recarga para coches eléctricos distribuidos en tres plantas. Según el instalador, solo en la parte de la carga, se invirtieron 2 millones de euros. Si trasladamos a nuestro edificio estas cantidades, le costaría a cada  usuario alrededor de 2.000€ como mínimo.

La fecha prevista para la desaparición (venta) de motores de combustión, es en 2035, pero ahora ya no está claro, porque la UE autoriza a seguir comercializando este tipo de motores debido a la
aparición de combustibles llamados sintéticos.

¿Estamos preparados para estos nuevos retos?