La insoportable invisibilidad del ser… (mujer)

La insoportable invisibilidad del ser… (mujer)
Antes de que la pandemia parase el mundo, poniendo
nuestras vidas en puntos suspensivos, las noticias sobre
celebraciones, eventos, y saraos varios inundaban las
portadas de los periódicos, y el mundo del deporte, con sus
competiciones, ligas y torneos, era de los que más titulares
generaba.
Y recuerdo en que un día, repasando mi muro de
Facebook, post arriba, post abajo, presté atención a la
publicación de uno de los grupos que sigo, en el que se
hacían eco de la noticia de que la Selección de Baloncesto
Femenino se había alzado con la medalla de oro del
Eurobasket.
«La selección femenina de baloncesto ha arrollado a
Francia (86-66) en la final del Eurobasket y logra así
revalidar el título conseguido en 2017 en la República
Checa.
Esta medalla de oro, es la tercera en las cuatro últimas
ediciones del Eurobasket, la séptima medalla para el
equipo, en los últimos siete años».
Por lo visto, España, es una de las grandes potencias del
baloncesto femenino,  ocupando el primer puesto europeo
y el tercero mundial en el ranking FIBA, y siendo la vigente
campeona de Europa, subcampeona mundial y
subcampeona olímpica.
Casi nada.
No quiero aburriros con cifras, pero busco y encuentro, (el
que busca siempre encuentra, decía mi abuela, una mujer
muy sabia), un estudio sobre el tratamiento que los medios

deportivos dan a la información femenina entre 1979 y
2010.
El resultado es demoledor; la mujer era sujeto noticioso
únicamente en el 5% de los casos, sola, 2% y acompañada
por al menos un protagonista masculino, 3%, mientras que
el hombre lo era en el 92% de las publicaciones.
Además, las palabras más comunes empleadas para
hablar de las deportistas en los medios son: mayor, edad,
embarazada, casada y soltera.
Flipo.
Lo peor de todo, es que siete años después, es decir en
2017, y con el deporte femenino español, ganando más
medallas en los últimos Juegos Olímpicos que el
masculino, «apenas nada ha cambiado», explica dicho
estudio publicado en la revista Compromiso Empresarial.
Vuelvo a flipar.
Entonces, recuerdo otro post, esta vez de las integrantes
del equipo alemán de fútbol, en el que se quejaban de que
nadie, en su país las conocía, ni sabía sus nombres.
Su reivindicativo spot, que se hizo viral, se titulaba:
«¿Sabes mi nombre? No lo creo».
—«¿Sabes mi nombre? ¿O el mío? Jugamos para un
país que no sabe cómo nos llamamos. ¿Sabes que hemos
ganado tres veces la Eurocopa?, ¿no? ¡Error! Lo hemos
hecho ocho veces. Por nuestro primer título nos regalaron
un juego de té», contaban las jugadoras alemanas en su
video.
Una vergüenza, añado yo.
Así que la conclusión es clara. ¿Somos invisibles? Sí.
A la exagerada y escandalosa ausencia de las mujeres en
los libros de texto, por ejemplo, (tranquilas, de esto hablaré
otro día), se suma la invisibilidad que sufrimos en todos los
ámbitos, y el deporte es uno de ellos.

Invisibilidad no entendida como un Súper Poder de Heroína
de cómic, si no como una forma más de ninguneo en el que
estamos inmersas.
Porque en cambio, con los equipos masculinos esto no
pasa. Tengo amigos que, si les pregunto, son capaces de
recitar de memoria las alineaciones completas de sus
equipos de fútbol favoritos. ¡Si tienen hasta álbumes de
cromos, que los niños se intercambian en el patio del
colegio!
A las niñas les hacen álbumes de GorJuus, una muñequita
muy mona de cara lánguida, que además, no tiene boca.
Ahí lo dejo.
En la fantástica novela de Milan Kundera, La insoportable
levedad del ser, con la que he jugado para el título de la
columna de hoy, hay una frase muy representativa:
«Allí donde habla el corazón es de mala educación que
la razón lo contradiga».
Y como yo, otra cosa no, pero educada soy un rato, voy a
dejar a mi corazón hablar. Y mi corazón va a recitar en alto
vuestros nombres y a daros las gracias.
Gracias por vuestro esfuerzo, gracias por vuestro tesón,
gracias por pelear en un mundo de hombres y no rendiros.
Gracias por no ser invisibles.
Andrea Vilaró. Laura Nicholls. Cristina Ouviña. Silvia
Domínguez. Laia Palau. Marta Xargay. Tamara
Abalde. Anna Cruz. María Pina. Queralt Casas. Laura Gil.
Astou Ndour. Leo Rodríguez. Georgina Bahí. María Conde.
María Araújo. Nogaye Lo.
Selección Eurobasket 2019
Y Susana Ferreras, única mujer integrante del Equipo Técnico
Eurobasket 2019.
Hoy va por vosotras. Hoy va por ellas otra vez.

María Soliño.
@solinobarcia